Erráis quienes acusáis de defección a la causa pedagógica al abstracto médico: nunca la sirvió.
Ábaco sólo.
Erráis quienes acusáis de defección a la causa pedagógica al abstracto médico: nunca la sirvió.
Ábaco sólo.
Me apenó. Acaso enfermo, el perro parecía haber perdido el sentido del olfato y, sobre la acera, el hueso ante él quedó inatendido. Y se alejó. Había sido, diría, el entusiasmo de sus compañeros de calle lo que le animó a acercarse también. Y que comían.
Espero que no, que fuera sólo un resfriado, que no le acontezca el hambre y el abandono. Por aquí se aíslan en los solares sin edificar, en su maleza, y mueren. Se sabe pronto.
Imaginen …
Escítala, nueva publicación en la serie Imaginen …
Escítala contiene los textos numerados CVI-CXX en este blog.
Cada docente de centro privado. Defendéis la injusticia que sufrís, de ella conductores.
Resonancia de los pasos desde el barato enlosado que camináis. Mas proviene de quienes alguna vez lo recorrieron. Vuestros pasos, docentes de centro privado, habrán su resonancia, igualmente, desde otros pasos.
Pero acaso esta otra omisión os acaece: lo que percibís es el eco de la resonancia de vuestros pasos desde aquellos con quienes aún transitáis vestíbulos.
– Si un estudiante rompe algo y su primera reacción es ¿ Cuánto vale ? Mi padre lo paga, es que no ha entendido nada.
Enunciado por un defensor de los valores de Occidente.
Fue también suyo el adagio:
– Si el problema es el dinero, entonces no hay problema.
Saudade de minotauro.
¡ Oh, lustre rector de centro privado !
¡ Vino viertes en el kylix único de tus comastas para que, apurado, ya inofensivos acepten tu imagen en el tondo revelada !
Kakòs anḕr makróbios
¡ Oh, lustre rector de centro privado !
¡ Vino no dejas de verter en el kylix único de tus comastas para que no pueda ser apurado y no contemplen tu imagen en el tondo reveladora !
Kakòs anḕr makróbios
Una mujer anciana mendigaba comida ante una detenida verdulería ambulante; tras aparentar brevemente un cálculo, el vendedor levantó una cebolla en la mano y la tendió. La mujer tomó la cebolla y, mirando en los ojos del hombre, la descascarilló primero y comenzó a comérsela después.
Profesor, profesora, de centro privado: te clasificas en la misma categoría de la comprensión y en la misma especie. En la sociedad de la competición la percepción de la distinción mueve el afán y él da valor a las posiciones prefiguradas. Es lo que llamas voluntad y subjetividad su triunfo.
Imagina …