Erráis quienes acusáis de defección a la causa pedagógica al abstracto médico: nunca la sirvió.
Ábaco sólo.
Erráis quienes acusáis de defección a la causa pedagógica al abstracto médico: nunca la sirvió.
Ábaco sólo.
Me apenó. Acaso enfermo, el perro parecía haber perdido el sentido del olfato y, sobre la acera, el hueso ante él quedó inatendido. Y se alejó. Había sido, diría, el entusiasmo de sus compañeros de calle lo que le animó a acercarse también. Y que comían.
Espero que no, que fuera sólo un resfriado, que no le acontezca el hambre y el abandono. Por aquí se aíslan en los solares sin edificar, en su maleza, y mueren. Se sabe pronto.
Imaginen …
Refutación de la divinidad.
Se obvia que la divinidad usa intermediarios, libros, imágenes, para darse a conocer. Se obvia que la divinidad no es, así, inmediatamente percibida: sin ser educados, no sabríamos de ella. Como la belleza, es un concepto mediado. Y, como la belleza, en el medio se produce la divinidad. Pura contingencia, pues.
George C. de Lantenac, Ensayo sobre la Muerte de Jesús de Nazareth. Traducción y derechos de la traducción: Albert Sans ( el texto se reproduce con su consentimiento expreso ). Refutación de la divinidad no traduce ningún título en el texto original y es, sólo, una propuesta del traductor.
Cada docente de centro privado. Defendéis la injusticia que sufrís, de ella conductores.
Resonancia de los pasos desde el barato enlosado que camináis. Mas proviene de quienes alguna vez lo recorrieron. Vuestros pasos, docentes de centro privado, habrán su resonancia, igualmente, desde otros pasos.
Pero acaso esta otra omisión os acaece: lo que percibís es el eco de la resonancia de vuestros pasos desde aquellos con quienes aún transitáis vestíbulos.
– Si un estudiante rompe algo y su primera reacción es ¿ Cuánto vale ? Mi padre lo paga, es que no ha entendido nada.
Enunciado por un defensor de los valores de Occidente.
Fue también suyo el adagio:
– Si el problema es el dinero, entonces no hay problema.
Saudade de minotauro.
¡ Oh, lustre rector de centro privado !
¡ Vino viertes en el kylix único de tus comastas para que, apurado, ya inofensivos acepten tu imagen en el tondo revelada !
Kakòs anḕr makróbios
¡ Oh, lustre rector de centro privado !
¡ Vino no dejas de verter en el kylix único de tus comastas para que no pueda ser apurado y no contemplen tu imagen en el tondo reveladora !
Kakòs anḕr makróbios
La ciudad de las moiras.
La neurosis y el suicidio son mecanismos higiénicos de autorregulación en la sociedad de la competición. A modo de “selección natural”, se dan en esta sociedad condiciones de supervivencia que han de aislar a quienes pueden articularse en los procesos de la causa y la finalidad económicas de quienes no.
George C. de Lantenac, Ensayo sobre la Muerte de Jesús de Nazareth. Traducción y derechos de la traducción: Albert Sans ( el texto se reproduce con su consentimiento expreso ). La ciudad de las moiras no traduce ningún título en el texto original y es, sólo, una propuesta del traductor.