Imaginen … a Niké. CXLI.

 Que en una familia cuyas rentas mensuales son consideradas y ajustadas a diario se opte por contratar educación privada para un hijo, para una hija, es una victoria de clase: financia la continuidad del privilegio, lo confirma en la aspiración y en su razón, juzga la educación pública. Identificándose con la clase del privilegio, tal familia anula las clases – la percepción de injusticia social, la relevancia de su exposición, la lucha vuelta fútil en la asimilación – y la clase del privilegio deja de ser sentida como tal en la imagen de la pertenencia. 

 Las victorias se siguen conmemorando en monedas, representadas sobre proas. 

 Ya no creemos en las coincidencias.

Imaginen … el panteón. CXL.

En la sociedad de la competición, cada empresa sólo puede ser tal que nada mayor pueda ser concebido. Ontología del capital. Educación en necesidad, en eternidad. En elogio.

 Falacia de la magnitud, de lo contable, de la clasificación. (De)mostrado el embuste en una sociedad de la competición que multiplica aquello mayor que lo cual nada puede ser concebido. Que multiplica la Excelencia.

 Anselmo de Canterbury y Einstein. Capitalismo y Oppenheimer. 

Imaginen … una llaga. CXXXIX.

Un acosador lo es. 

 Admira a quien personificara el acoso que a él afligió. Admira la posición de poder, la capacidad de producción de dolor, sentida mágica por incomprensible. Ya sólo habrá compensación en la auto-admiración, en la encarnación de la emoción que imagina en su acosador, imagen generada sin conciencia de identidad.

 Un acosador es una llaga que no cura, una autoestima en equilibrio inestable, denunciadas en la continuidad de la labor.

 Imaginen

Imaginen … Digna de Caravaggio. CXXXVIII.

La mejor tutora del colegio descrita. Velada o apta para el puesto. Desdeñosa o servil en relación a la luz. La sorda ambición doméstica de sumisión es, apenas, tragedia. Pero es un destino o sentido. Hallado, ha de custodiarse. Es la maldición de la presunción de finalidad en la existencia sin elección de causa. Vehiculas la productividad para creer en la fertilidad, revelándote, así, desecada, temerosa de la vigilia del abismo que habitas y cuidas, como un secreto, para ser.

 La mejor tutora del colegio. Título. Placa grabada.

Víctimas de abusos acusan a la Iglesia de minimizar los casos y reclaman una reparación, en Público.

Estos sacerdotes son portavoces de un dios que …

a) … es omnisciente – en este momento, un hombre que se pronuncia en su nombre está observando lascivamente a una niña y le deja hacer -.

b) … no permite que algo suceda sin su consentimiento.

c) … es todopoderoso; no obstante, es incapaz de acabar con el mal.

Con esto tienen que vérselas. Cuando se les piden explicaciones, los sacerdotes son lo más parecido a una liebre ante los faros iluminados en un coche que se aproxima: deslumbrados, se quedan quietos y el atropello es voluntad de su dios.

Tengan misericordia de ellos, pues su dios les ha abandonado.


Enlace a público.es.

Imaginen … a un no-muerto. CXXXVII.

Cuando te dijiste que habías matado a un hombre. Asististe al descenso del ataúd al fondo de la fosa y a la otra tarea de arrojar tierra sobre su tapa. No viste, sin embargo, el cuerpo en el interior del ataúd; o acaso sí lo viste, y también la tapa oscureciendo un semblante, pero no imaginaste qué podría suceder con un cuerpo encerrado en un ataúd enterrado, además de pudrirse.

 Y entonces una mañana el muerto cruza un umbral y hace distraído contacto visual contigo. Y hay entonces un fantasma de carne que te conoce y calla y cuelga un sentimiento de víspera en tu conciencia de tu existir.

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© Protegido.

El terror / The horror.

Mientras usted lee este texto, el hábito de ser entretenidos por una ficción que muestra muertos que caminan hace ficción de las imágenes que muestran quietos cadáveres en una ciudad bombardeada. 


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As you read this text, the habit of being entertained by a fiction that shows the walking dead makes fiction of the images that show still corpses in a bombed city.